Tondo (parte 1)


La forma circular ha atraído y desafiado por igual a los artistas desde los orígenes de la pintura, tanto en Oriente como en Occidente. En Grecia se encontraron algunos de los primeros ejemplos de modelos de pinturas redondas que decoraban vasijas o los interiores de copas de vino llamadas Kylikes. Los temas incluían escenas de la mitología y de la vida cotidiana. En la necesidad de nombrar la producción circular en el arte (ya sea en la pintura, escultura y aquí lo tomo para aplicar al audiovisual), la palabra italiana Rotondo fue usada y ayudó a acuñar el término Tondo.



Entonces, desde la antigüedad Griega, los artistas han intentado alcanzar maestría pictórica en formas diferentes al tradicional rectángulo, considerado como esencial para la perspectiva pictórica según los conceptos de Alberti. El cambio a círculo permitió a los pintores poner énfasis en el centro de la imagen, creando una atmósfera de autosustentación o separación de su medio.






Durante el Renacimiento, las pinturas redondas se hicieron populares y se produjeron en grandes discos y bandejas, así como en placas y medallones. Fue la primera vez que las pinturas se hacían para ser portables (no fijas a una iglesia, por ejemplo), permitiendo a la gente colgarlas donde quisieran. Las cúpulas como desarrollo arquitectónico de la época también supusieron un excelente terreno para producción de tondi. El mayor reto para los artistas renacentistas que trabajaban tondi fue definitivamente la perspectiva. Los artistas griegos, cuando hacían sus vasijas y copas de vino a veces producían composiciones extrañas, como la que se ve en la imagen siguiente. Hay que tener que en cuenta que al principio, las pinturas se llevaban a cabo siguiendo una composición inicialmente pensada para un marco rectangular y adaptada cortando los bordes para hacer un tondo, y tuvo que pasar un tiempo para que los artistas empezaran a centrarse en las posibilidades estéticas de la forma y produjeran con ese fin.


El Doni Tondo, ahora en la galería de los oficios en Florencia, es un ejemplo del uso que Michelangelo hizo de la forma circular para crear una suspensión temporal alrededor de la sagrada familia. Es uno de los más exitosos ejemplos de utilización de la imagen circular, con sus figuras organizadas triangularmente y masas divididas por volumen y contraste de color.



En la Modernidad, la importancia del círculo, usualmente vista como positiva y simbolizando unión o perfección, continuó y continúa hoy en día siendo usada por muchos artistas modernos y contemporáneos. Algunos pintores famosos, como Monet o padres del cubismo como Braque y Picasso, junto al artista pop Andy Warhol, Jackson Pollock o incluso Sol LeWitt han explotado la forma circular para complementar su producción rectangular. Hoy en día Damien Hirst es probablemente el más famoso autor que haya revivido este formato, pero hay muchísimos otros ejemplos, interesados tanto en la figuración como en la abstracción que involucra la forma, como es el caso de Miriam Cabessa o los trabajos minimalistas de Marc Vaux.

Las implicaciones de trabajar en un formato circular están asociadas a nuestro campo de visión, que se acerca más a un círculo que a un cuadrado o rectángulo. A modo personal, las situaciones en las que la finitud de los momentos se hace consciente, no se ven en rectángulo. El uso de un marco circular debería ser entonces un 'ajuste natural' para esta representación.

Mañana sigo.




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